En la sociedad actual, los delincuentes han perfeccionado sus técnicas para engañar a la población, aprovechando los avances tecnológicos como deepfakes e inteligencia artificial, lo que les permite llevar a cabo estafas de manera más sofisticada.
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Desafío de la ciberdelincuencia en la era digital
La ciberdelincuencia ha progresado en distintos ámbitos, desde la manipulación de imágenes en ordenadores hasta el uso de aplicaciones en dispositivos móviles, facilitando a los estafadores cometer sus engaños de forma más efectiva. Plataformas como Instagram, WhatsApp y Discord también son utilizadas para cometer fraudes de manera más sofisticada.
En comunidades con un gran número de seguidores, los criminales colaboran entre sí para perfeccionar sus estrategias de estafa. Utilizan las redes sociales para difundir fraudes relacionados con concursos falsos, mensajes engañosos, suplantación de identidad y manipulación de contenido visual, mostrando un alto grado de sofisticación en sus acciones.
Empleo de deepfakes en fraudes sentimentales
Recientemente, los estafadores han empezado a utilizar deepfakes en sus engaños afectivos, manipulando a sus víctimas a través de vídeos manipulados en los que intercambian rostros con personas influyentes o celebridades. Estas estafas se llevan a cabo mediante videollamadas, utilizando aplicaciones de edición facial para modificar su apariencia en tiempo real y lograr engañar de forma más convincente a las personas.