Hace años, perder el móvil no era del todo “malo” en cuanto a seguridad para teléfonos móviles. Únicamente se perdían listas de contactos, SMS o incluso algunas fotografías que estuviesen almacenadas.
Con la llegada del Smartphone tenemos la capacidad de recopilar muchísima información personal en la que puede estar incluida información de valor como datos bancarios, por ejemplo. Es por eso que hay que saber cómo usar adecuadamente nuestro teléfono móvil y tener mucha precaución con lo que guardamos en él.
La primera medida, y una de las más efectivas, es instalar aplicaciones desde las tiendas oficiales. ¿Y por qué no de otros lugares? Porque los sistemas operativos (Android, iOS y Windows Phone) cuentan con sus propias tiendas de aplicaciones que disponen de mecanismos para controlar aquellas aplicaciones sospechosas, lo que hace que tu móvil esté más protegido.
Por otro lado, también hay que tener cuidado con mensajes de alerta en páginas web ya que podría estar instalando una aplicación maliciosa que pueda controlar el terminal sin que el usuario lo sepa.
Muchos usuarios liberan el terminal, un proceso que se llama jailbreak. Sin embargo, sólo deben de hacerlo aquellos que saben ya que puede poner en peligro su seguridad.
Otra medida es el bloquear y cifrar contenido del teléfono. Esto es algo esencial porque evita que, en caso de robo, alguien pueda acceder a los datos del usuario y, en caso de conectarlo a una red inalámbrica pública, evitar el acceso no autorizado al terminal.
Las últimas medidas, pero no por ello menos importantes, son las de mantener actualizado el software ya que la mayoría del malware distribuido se aprovecha de vulnerabilidades al no estarlo; y realizar copias de seguridad a menudo para poder recuperar su contenido en caso de cualquier problema.
Con estas medidas, junto con la instalación de aplicaciones desde las tiendas oficiales, como hemos dicho antes, podremos tener nuestro contenido dentro del teléfono móvil completamente protegido de acciones maliciosas.
